Así nació la Escuela de la Costa

En el año 1974 con la puesta en marcha de la planta de Aluar, se incrementa la población en nuestra ciudad y dada la necesidad de nuevos espacios educativos, familias nativas y aquellas que se fueron sumando a la comunidad, comenzaron a pensar en la posibilidad de crear una nueva escuela que albergara a sus hijos. Reuniones formales e informales, en diferentes lugares como casas, confiterías, salones y más, permitieron la conformación de pequeñas comisiones, las cuales con gran entusiasmo y dedicación, se organizaron en la planificación, la elaboración de notas, gestiones, difusión, encuestas y demás quehaceres. 

Se creó entonces una fundación sin fines de lucro (FAIEP), cuyo primer consejo de administración se conformó el 8 de noviembre de 1979, constituyéndose en ese entonces, como socios fundadores y protectores. Dicha Comisión, aportaba una pequeña cuota para financiar exclusivamente los primeros gastos relacionados a viajes en busca de asesoramiento pedagógico y personal para trabajar en la futura escuela, al igual que gestiones ante el Consejo Provincial de Educación de Rawson, los cuales fortalecieron mes a mes la meta de estos padres. 

Se consiguió una pequeña casa ubicada en la Av. Roca 549 y un departamento para su primer directivo, quien fuera la Sra. Nélida Guerrero. Y luego una gran pregunta ¿Qué nombre le pondrían? Surgieron varias posibilidades. Finalmente, un padre propuso que, ya que la escuela se ubicaba cerca de la costa, se podría llamar “Escuela de la Costa”. La denominación fue muy bien recibida y aprobada, y con el devenir de muchas gestiones y compromisos en el mes de marzo de 1980, se inició el primer ciclo Lectivo de la escuela, contando con una matrícula de 65 alumnos y 75 socios fundadores. 

En la sala principal funcionaba la dirección, contando con tres grados en el turno mañana y tres por la tarde. 

En el año 1981 se incorpora también la primera salita de 5 años como anexo de la escuela primaria. 

Pronto fue ganando muy buenos comentarios, generando así un notable aumento de su matrícula; sumando también docentes inolvidables como el queridísimo maestro Daniel Reyes, quien a través de sus valores transmitió una nueva forma de enseñar y hacer escuela. 

Rápidamente la escuela siguió creciendo y la casita quedó chica. Con nuevas gestiones y bastas solicitudes ante la Municipalidad de Puerto Madryn, se logra la donación del terreno donde hoy se ubican sus instalaciones. La empresa Aluar, dona unas gamelas de madera que fueron ubicadas en forma de U en dicho terreno, el cual un día sábado el mismo grupo de padres con mucho esfuerzo cercó. Allí empezó la doble jornada y con ella el permanente crecimiento y nuevos proyectos año tras año.

La historia y los pasos se fueron repitiendo con el correr de los años y con los niños que terminaban la escuela primaria. Se gesta entonces un nuevo desafío, el nivel secundario. Daniel Reyes entusiasmó a un colega de Buenos Aires, Víctor Límoli, quien se sumó a la cruzada conjunta y de esta manera se da inicio a un nuevo sueño hecho realidad, el nivel secundario, el cual se inicia en el año 1985. 

De esta manera, cada nivel fue creciendo y superándose año tras año, con nuevas metas y desafíos para sus alumnos, quienes siempre marcaron el rumbo a seguir. Nuevas instalaciones, ampliaciones y proyectos que generan novedosas propuestas educativas, las cuales sostienen y  movilizan a todos y cada uno de quienes formamos parte de ella.